El comité de empresa desconoce el futuro de los 160 empleados de Muxika Imanol Fradua - Martes, 18 de Octubre de 2011 - Actualizado a las 07:56h
Muxika. Pese a que los trabajadores volvieron a salir ayer por la mañana a la calle para insistir en la búsqueda de una solución urgente a los múltiples males que aquejan a Inama, sus más negros augurios se podría hacer realidad en pocos meses. El comité de empresa de Inama tuvo conocimiento pocas horas después de que la dirección pretende cerrar las instalaciones de Muxika para el fin de año, mientras que temen que sus 160 trabajadores podrían pasar a engrosar las filas del paro. Pese a que el colectivo de trabajadores demandó en una comparecencia pocas horas antes una mayor implicación de las instituciones públicas en la búsqueda de un mejor futuro para la maderera, "cada una con su cuota de responsabilidad", mediada la tarde recibieron el anuncio de la próxima clausura de la empresa.
Fuentes del colectivo de trabajadores de Inama anunciaron que los gestores de la maderera muxikarra, que fue adquirida en su totalidad por el grupo gallego Finsa en 1990, detallarán "en dos o tres semanas un plan más concreto sobre las afecciones que generará" el cese de la actividad de una de las empresas más importantes de Busturialdea, y que según remarcan, daba trabajo de forma indirecta a otro medio millar de personas. Como primer paso, la empresa vería parada la línea de producción de tablero aglomerado -su principal fuentes de negocio con una producción de 15.000 metros cúbicos al año- durante estas próximas semanas, aunque la adiós total a la actividad no se ejecutaría hasta, al menos, fin de año. Sin embargo, aún poco o nada se sabe acerca de cómo podrían abordar los rectores el futuro laboral de los trabajadores de las instalaciones muxikarras. "Aún no sabemos qué pasará", señaló a última hora de ayer el colectivo de empleados.
Sin autorización ambiental integrada del Gobierno vasco ni licencia de actividad del Ayuntamiento de Muxika por sus deficiencias medioambientales; con casos abiertos en los juzgados, sin posibilidad de una ampliación y con un traslado no tratado; con un ERE aplicado y un "desvío de la actividad" a Galicia, y con una importante cuantía de las vacaciones fiscales a devolver, el futuro de Inama se antojaba de muy compleja resolución. Empero, los trabajadores confiaban en la posibilidad de, junto a una actitud activa de las instituciones y la empresa, poder voltear la situación. Pese al mazazo recibido, han anunciado que mantendrán el calendario de movilizaciones "en defensa de sus puestos de trabajo, ya que con una actividad estable la planta es rentable".
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